SUBD Evolución & Sistema inmune ~ La Bombilla de Darwin
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martes, 24 de marzo de 2015

Evolución & Sistema inmune

Desde etapas muy tempranas de la evolución, los seres vivos tuvieron que desarrollar mecanismos para diferenciar lo extraño de lo propio, para poder reconocer a miembros de su propia especie, desarrollar defensas contra el medio ambiente y contra otros organismos rivales.



Pero… ¿Qué es el sistema inmune? En el caso de los vertebrados, incluyéndonos a nosotros (el hombre), es el conjunto de órganos, tejidos, células y proteínas que nos protegen de cualquier materia ajena a nuestro organismo, y por consecuencia nos protege contra de las infecciones causadas por virus, bacterias, hongos y parásitos. También nos protege de los tumores y es el responsable de que tengamos alergias.

Entonces nos preguntaremos... Por qué existen todavía infecciones? Cómo es que la evolución no ha generado un sistema inmune tan poderoso que pueda evitar la agresión por parte de agentes externos? ¿Por qué la evolución no ha generado sistemas inmunes lo suficientemente poderosos para evitar las infecciones?


Parece una paradoja que en la evolución se seleccionen aquellos organismos con mayor probabilidad de transmitir sus genes a la descendencia, pero a la vez no se seleccione el fortalecimiento del sistema inmune para preservar esos mismos organismos del ataque por parte de patógenos.


Hace unos días leí un trabajo publicado en la revista Science donde se planteaba una hipótesis para explicar esta paradoja. Intenté buscarlo otra vez pero no lo di encontrado... Pero bueno, en él se defendía que los organismos que poseen un sistema inmune muy potente tienen un menor rendimiento reproductivo debido al elevado coste energético que supone el mantenimiento de ese sistema inmune fortalecido. De hecho este coste se pone de manifiesto por una importante pérdida de calorías y proteínas, pérdida de capacidad reproductiva e incremento de las posibilidades de que se produzca respuestas autoinmunes. Habrían estudiado el problema en poblaciones de un tipo de ovejas de Escocia, que se consideran unas de las primeras ovejas domesticadas por los humanos. Se comprobó que tanto los machos como las hembras que poseían una concentración de anticuerpos más elevadas tenían una probabilidad mucho más baja de reproducirse. Además encontraron, que las posibilidades reproductivas eran superiores en individuos con respuestas inmunes intermedias. 

En resumen, lo mejor para pasar los genes a la descendencia (al menos en este animal) no es tener el sistema inmune más fuerte sino el más adecuado para equilibrar una menor posibilidad de infección con el menor gasto energético destinado a su mantenimiento posible para no repercutir en la tasa reproductiva.



Silvia Otero Vázquez

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